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Mario Martínez, fotógrafo de pueblo. 2017 

cortometraje documental realizado por el Centro Cultural Estación y miembros del equipo de www.elpimiento.org.

Dirección y Montaje: Rodrigo Salinas Muñoz

Guión y Producción: Pía Argagnon Ocampo

Dirección de fotografía: Cristóbal Cvitanic Wyss

Sonido Directo: Diego Salinas Muñoz

Post Producción: Pablo Rauld Fuentes

Música: Raúl Peña Muñoz

Diseño Gráfico Orlando Duque Duque

*MIRAR LO PROPIO

 

Si mirar es dirigir la vista hacia un objeto, una fotografía es la elección de una vista posible, un modo de ver propio del fotógrafo. Lo propio, aquello que a veces definimos como identidad, se construye costurando retazos de experiencias propias y ajenas que llegan a uno y se transforman en lo propio. Cuando John Berger iniciaba uno de sus clásicos libros con la sentencia: La vista llega antes que las palabras, quería reafirmar que la vista es la que establece nuestro lugar en el mundo circundante, aquello que llamamos realidad y explicamos con palabras. Pero la vista llega antes.

 

Fotógrafo de pueblo, ayuda a entender mejor la relación entre el mirar y lo propio. En este trabajo las palabras siempre van detrás de un modo de ver. De una mirada pausada que se fija en un objeto como un halo de luz que entra por un agujero del techo a dibujar figuras blanco y negro en un papel. Pausadas como el tiempo que construye un oficio que las palabras no alcanzan a describir. Por ello la vista se adelanta y la imagen evoca ese tiempo en que la bicicleta, la mirada, el lente y el papel se hicieron uno.

 

Mario del Carmen Martínez Rodríguez, fijó su mirada en un objeto, educó el ojo al mirar pausado y construyó lo propio. Ahí recién llegó la palabra que definió su oficio: el de fotógrafo. Después vino el sentimiento: el amor por la fotografía. Pero en esa construcción de lo propio, la mirada propia que enfocaba para capturar un micro segundo de las luces de un pueblo y su gente, son sólo una parte. La otra parte, la definitiva, la aportaron las cientos de otras miradas que en cuarenta y seis años transformaron a Martínez en fotógrafo de pueblo: el famoso tío Mario.

 

La vista llega antes que la palabra. Cuando nos dispongamos a la tarea de costurar las experiencias colectivas que constituyen lo propio de lo que somos como llayllaínos, la vista tendrá que anteceder a la palabra. El mirar cotidiano de varias generaciones de un pueblo que se recorre en bicicleta y que se captura en la mirada de un fotógrafo de pueblo, podrán ser  retazos articulados de lo propio. Será entonces indispensable aquella pedagogía del mirar(nos) que la trayectoria del tío Mario enseña.

* Texto de presentación de la carátula del DVD escrito por Raúl H. Contreras Román.

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